INFLAMMAGING: ENVEJECIMIENTO POR INFLAMACIÓN. MIS CONSEJOS PARA COMBATIRLO

Por la Dra. Ursula Rivas

Cuando tenemos una infección, un golpe, un virus, nuestro cuerpo se defiende con la inflamación. En este caso es una reacción aguda donde se liberan mediadores químicos y se activan células que nos defienden. Ejemplos de esta respuesta inflamatoria son la fiebre o el dolor. Obviamente, en esta “guerra” hay muertos y heridos. Es decir, quedan en nuestro cuerpo sustancias como radicales libres o factores químicos que suelen oxidar y dañar nuestros tejidos. Sin embargo, al pasar el evento que lo provocó, también nuestro cuerpo elimina estos químicos y nos recuperamos.

El inflammaging es un término del que se viene hablando hace algunos años, y significa envejecer por inflamación. Aquí no solo hablamos de la piel, hablamos de TODOS nuestros órganos. Todos ellos envejecen. Cuando la inflamación se repite constantemente y es persistente, muchas veces se hace casi imperceptible, y este tipo de inflamación es la más traicionera y ahora veremos porqué. 

A este tipo de inflamación se le conoce como inflamación crónica de bajo grado y el cuerpo al no detectarla no activa los mecanismos de defensa y por ende los radicales libres y otros químicos no paran de atacar nuestro organismo. Nuestro cuerpo no los elimina y siguen actuando. Ese ataque “crónico” conlleva a muchas enfermedades como la obesidad, diabetes, demencia, enfermedad cardiovascular, enfermedades autoinmunes, artrosis, etc.

¿Qué provoca la inflamación crónica de bajo grado?  Nuestro cuerpo está diseñado para comportarse de alguna manera y debido a la evolución lo estamos forzando a que actúe de otra, violentando su naturaleza y por ende provocando una respuesta inflamatoria crónica. 


Existen algunos aspectos de nuestro estilo de vida actual que, sin saberlo, está provocándonos inflamación crónica de bajo grado que me gustaría mencionar a continuación, para tenerlos en cuenta y evitarlos:

  1. Sedentarismo Nuestro cuerpo está diseñado para estar en actividad, no sentado 8 horas en un escritorio.
  2. Estrés crónico Tenemos un eje suprarenal – hipófisis, diseñado para que reaccionemos ante el ataque de un depredador, pero no para que continuamente estemos liberando cortisol por el estrés continuo que genera el trabajo y la competitividad del mundo de hoy.
  3. Alimentos pro inflamatorios Nuestro intestino no tiene las enzimas para digerir adecuadamente muchos de los alimentos que son parte de nuestra dieta: azúcar refinada, granos genéticamente modificados (GMO), frutas y verduras transgénicas, productos procesados, aditivos, grasas saturadas de mala calidad.
  4. Desorden en el ritmo circadiano Acostarse muy tarde, levantarse muy temprano, cenar muy tarde, son algunos de los hábitos que no le permiten a nuestro organismo el descanso y el reposo metabólico que necesita.
  5. La exposición a sustancias tóxicas Ya sean pesticidas en alimentos, pinturas en el ambiente, malos materiales en recipientes donde se preparan o almacenan alimentos, como plástico, ollas con teflón y demás.
15% OFF